Teorías del aprendizaje

Abriendo puertas

En esta nueva entrada me propongo ampliar la reflexión que hice anteriormente sobre mi clase memorable, ahora inspirada por las alentadoras palabras de Mariana Maggio sobre lo que debería ser la educación en el siglo XXI.

Si bien me capacité para ser docente dentro de los paradigmas cognitivistas y constructivistas, la realidad me muestra el gran poder de arraigo que tienen los estilos de enseñanza de quienes fueron nuestros maestros. Uno generalmente tiende a enseñar como le enseñaron es lo que me solía repetir mi querida y recordada tutora de las prácticas docentes. Es muy difícil desprenderse de esas marcas que han quedado grabadas fuertemente, por más que la metacognición permita comprender los aspectos negativos. El conductismo es esa marca arraigada fuertemente en mí y creo que también en varios de mis colegas. No me puedo desprender de la idea de que la explicación docente es importante y que si ella no está el docente no ha cumplido con la parte que le corresponde en el proceso de enseñanza aprendizaje y por ende no puede pedirle a sus alumnos que cumplan con la suya. Como verán ...¡la culpa siempre presente! 

Son éstas concepciones muy profundas las que se me refuerzan cada vez que escucho quejas de alumnos o de mis propios hijos respecto a sus profesores: "es que...no explica nada", por lo tanto "así no entiendo nada", "¿que querés que le haga mamá, si se sienta y te larga una tarea y se pone con el celular?". Quizá, también estos jóvenes, se me ocurre, lo quieran todo servido y adoptan la postura "conductista" y cómoda de ser meros receptores, esperando adquirir los conocimientos por "ósmosis". Pero también refuerza esas concepciones profundas, el recuerdo de clases memorables, muy pocas debo confesar, en la que yo fui alumna y salí transformada de ellas por el solo hecho de escuchar un relato que me interesó y movilizó no sólo por su contenido sino por la forma de contarlo. Esto me pasó sobre todo en la universidad donde entiendo, juegan intereses y actitudes diferentes a las del estudiante secundario. 

Retomando mi clase clase memorable pienso en las mejoras que podría hacerle y se me ocurre que muy enriquecedor habría sido pedirles a mis alumnos que pensaran en alguien de sus familias (abuelos, bisabuelos) que hubiera vivido en la época del primer peronismo, lo entrevistaran y filmaran o grabaran y después trajeran esas entrevistas a clase para reflexionar y reconstruir entre todos la época desde la mirada de sus propios protagonistas. El trabajo con la "historia oral" es muy interesante y enseña a deslindar lo objetivo de lo subjetivo. Pondría en práctica así, el paradigma constructivista.

Otra actividad, ahora dentro del conectivismo, podría ser elaborar en grupos un video de tres minutos que trate algún aspecto del peronismo desarrollado en clase y luego compartirlo en un foro de presentación en la plataforma Moodle.

Siguiendo el enfoque cognitivista podría proponerles que diseñaran con el programa Canva un panfleto político en el que el Partido Laborista (peronismo) y la Unión Democrática (alianza opositora a Perón) presentaran sus candidatos y eslogans de campaña para las elecciones de 1946, o bien una infografía donde sintetizaran algún aspecto de las dos primeras presidencias peronistas (economía, sociedad, cultura, política, etc.)

Para finalizar y en relación a las palabras de Mariana Maggio pienso que en esta época en la que priman las incertidumbres por sobre las certezas, el desánimo por sobre la fe en el porvenir, la sensación de que lo que aprendí no es suficiente, de que siempre falta más y de que el mundo laboral es la lucha por la supervivencia del más apto, la escuela debe brindar a nuestros chicos un espacio de diálogo, reflexión y solidaridad, donde además de aprender contenidos aprendan a ser personas de bien, donde respiren profundo y tomen fuerzas para volar.

Les comparto este video de Liliana González, autora del libro "Volver a mirarnos". Su manera de hablar y de invitar a la reflexión llega a emocionarme.