Instrumentos de evaluación


El desafío de crear consignas auténticas



¿Cómo diseñar un instrumento de evaluación que me permita recolectar información genuina sobre el aprendizaje de mis alumnos? 

La clave está en que las consignas de trabajo propuestas sean desafiantes, potentes y estimulantes; que pongan en juego habilidades de pensamiento de orden superior y que tengan significatividad para nuestros estudiantes. Rebeca Anijovich lo explica muy bien en esta conferencia.

El interrogante que planteo al comienzo, hoy más que nunca, se ha convertido en el centro de mis reflexiones sobre la práctica docente. Tal como expresa Linda Castañeda en su charla "Retos para reimaginar la Universidad después de la tormenta" la preocupación por que los estudiantes no se copien ha sido por momentos casi obsesiva en mí y en muchos colegas comprometidos.

La conclusión a la que he llegado, aún antes de acceder al concepto de consignas auténticas, es precisamente esta: el secreto reside en lo que les pidamos a nuestros alumnos que hagan para demostrar que han internalizado los contenidos. La propuesta de acción es el secreto. Por más que consulten con sus pares o que tengan acceso a la bibliografía indicada y a otra que ellos puedan buscar por internet, es el docente el encargado de diseñar una propuesta de evaluación en la que la información no sea un fin en sí mismo sino un medio para crear nuevos saberes, posibilitar diferentes respuestas, estimular nuevas búsquedas y resolver problemas reales entre otras características de las "consignas "auténticas".

Comparto una experiencia reciente vivida en las mesas de exámenes de alumnos previos, ya egresados del Departamento de Aplicación Docente, en el mes de agosto de este año. Optamos por la modalidad de examen escrito atendiendo las dificultades de conectividad que manifestaron tener algunos de los estudiantes inscriptos. Con mis compañeras de la cátedra de Historia de las Ideas Políticas, nos pusimos en plan de pensar actividades "para que no se copien" y terminamos presentando una propuesta con consignas donde se les pedía relacionar, fundamentar e interpretar textos (fuentes históricas). También decidimos que, aquellos que podían, ingresaran a la sala virtual para poder "vigilarlos" mientras rendían. Los resultados obtenidos nos causaron un impacto negativo y decepcionante no sólo porque los cinco alumnos desaprobaron sino porque nos sentimos burladas puesto que, a pesar de las "precauciones" que habíamos tomado, copiaron descaradamente ya sea de internet o del material de estudio que tenían digitalizado en sus computadoras. Pero luego, ya más tranquilas, analizamos la situación con mayor detenimiento y comprendimos que a pesar de tener acceso a la información no habían podido operar con ella. Habían copiado y pegado información sobre A y B pero no habían logrado establecer una relación de causa - efecto por ejemplo, o no habían podido justificar por qué respondían tal o cual cosa o aplicar conocimientos a la interpretación de un texto. En síntesis, esta experiencia me demostró lo que hoy estamos analizando en este módulo: la clave está en las consignas y por lo tanto en el docente que las piensa y las propone. Les comparto una lectura que encontré indagando sobre el tema.

El instrumento de evaluación que presento en este primer módulo del curso, es una actividad en Padlet que ya la he probado con mis alumnos. La diseñé mientras transitaba el curso anterior sobre Competencias para la creación de contenidos educativos e investigaba las potencialidades de diferentes herramientas y recursos multimediales. Lo elegí porque me interesa tener una devolución sobre el mismo. Particularmente creo que funcionó bastante bien y fue provechoso para ellos y para mí. Algo que incorporé por primera vez fue la metacognición; me encontré con algunas reflexiones muy profundas acerca de sus propios procesos de aprendizaje como de mi práctica docente. Algunos alumnos reconocían mi trabajo de mediación en este contexto particular, otros me criticaban y varios hicieron catarsis de la situación que estamos viviendo pero también me agradecieron el espacio de expresión de sus inquietudes, lo que me llevó a valorar la importancia de estas instancias de reflexión.

Si bien el instrumento de evaluación y las consignas de trabajo ya las tenía elaboradas, fue la redacción de los "resultados de aprendizaje" lo que me llevó más tiempo. Creo que es un aspecto que en general los docentes descuidamos, no porque no los tengamos en claro sino más bien porque no los damos a conocer a nuestros estudiantes o los formulamos de manera imprecisa. Particularmente esto último es lo que suelo hacer. Me propongo tener a mano la taxonomía de Bloom como referente a la hora de formular los Indicadores de Logro. 

La lectura del material complementario en el apartado "para saber más" me despertó la inquietud de indagar sobre el ABP y su aplicación en la enseñanza de la Historia. Considero que es un gran desafío. Si bien la potencialidad pedagógica del conocimiento histórico radica en ser un instrumento para la comprensión de la realidad actual, cuesta que sea visto así por los alumnos quienes lo perciben como un conocimiento anclado en el pasado y sin utilidad práctica. Es tarea de los profesores de Historia cambiar esta mirada y creo que el camino va por el empleo de metodologías que provoquen verdaderos retos, como puede ser el ABP. Personalmente siento que debería interiorizarme más sobre su aplicación a mi asignatura antes de llevarlo a la práctica. Buscando información, hallé este  interesante artículo que les comparto.

Me despido por hoy invitándolos a leer mi propuesta de evaluación a través de un muro digital. Nos estamos leyendo




 


    

 



Comentarios

  1. Gracias Carolina por compartir tu entrada al blog y propuesta.
    Pronto recibirás mi devolución.
    Saludos
    Elisabeth

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